domingo, 9 de noviembre de 2014

HISTORIA DE LA LECTURA VELOZ


En la primera guerra mundial muchos pilotos perdían segundos vitales durante combate al tratar de distinguir si el avión que se aproximaba era del bando propio o del enemigo. En respuesta a ello se ideó el llamado "método taquitoscópico", que consistía en mostrar aviones en una pantalla durante pocos segundos para adiestrar a los pilotos a distinguirlos. Gradualmente se aumentaba la cantidad de imágenes que se proyectaban cada vez y se reducía el tiempo de exposición.
La historia de la lectura veloz prosiguió con los cursos de lectura rápida
La idea fue usada por los primeros investigadores, proyectando cada vez más palabras en una pantalla y reduciendo progresivamente el tiempo de exposición.
Sin embargo, las personas regresaban a su velocidad de lectura habitual, ya que en realidad no habían desarrollado nuevas destrezas lectoras. La mejoría en los soldados que emplearon el método taquitoscópico se debió a una
motivación específica.
Tiempo después, en los años sesenta, se descubrió que con un entrenamiento adecuado los ojos aprenden a moverse más rápido, con lo cual aumenta la cantidad de palabras que es posible decodificar cada minuto.
La historia de la lectura veloz continúa, porque son muy pocos los lectores veloces. Los sistemas formales de educación no aceptan el método bajo el supuesto de que si se lee con rapidez se rebaja la comprensión y la retención.